La belleza está en el interior 3: los beneficios del té rojo

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Si hace unos días os hablaba de los beneficios del té blanco, hoy os quiero hablar de las múltiples cualidades de mi té favorito: el té rojo.

El té rojo (Pu erh) es originario de la región de Yunnan (conocido como el "lugar de la eterna primavera"), una provincia incorporada a China en el siglo XIII, y situada junto a Birmania, Laos y Vietnam. Se obtiene por reducción de las hojas, a las cuales se aplica un breve secado al aire libre, para pasar después a un secado más prolongado en un lugar cerrado, agregando algunos microorganismos al proceso. Los especialistas apuntan que este té es en realidad té verde que obtiene su carácter único por un proceso de maduración posterior, durante un proceso de almacenamiento de muchos años bajo condiciones controladas. Su eficacia y poder aumentan con este almacenamiento, igual que un buen vino, y al contrario que el te verde o el te negro, que deben ser lo más frescos posibles. Es conocido como el "te de los emperadores" y considerado por la medicina tradicional china como la "bebida de la salud".

El té rojo ayuda a reducir los niveles de colesterol total y triglicéridos en sangre, aumentando los niveles del colesterol bueno. Así mismo, disminuye significativamente los niveles de ácido úrico en la sangre. Su consumo regular mejora la circulación sanguínea.

Mejora la digestión, sobre todo de aquellos alimentos ricos en grasas. Aumenta la resistencia a los parásitos intestinales, por lo que es útil para combatir las infecciones estomacales. Este poder antibiótico ayuda también a combatir el crecimiento de las bacterias responsables de las caries dentales. Favorece el metabolismo hepático, por lo que es muy adecuado en dietas de desintoxicación, ya que favorece la eliminación de toxinas que vamos acumulando en nuestro organismo.

Además, es bajo en ácidos tánicos, por lo que pueden tomarlo personas con estómagos delicados.
Tiene una suave acción diurética, por lo que es muy recomendable en caso de retención de líquidos.
Por todos beneficios metabólicos, junto con su capacidad para disminuir el apetito, es un té muy recomendado en las dietas del adelgazamiento. Se recomienda beber hasta tres tazas al día para que se empiecen a notar sus múltiples beneficios.

Sin embargo, tiene una serie de contraindicaciones que hemos de tener en cuenta:
- El té rojo, al igual que el resto de tés, tiene cafeína, teína y teobromina, que son sustancias excitantes. Por lo tanto, se recomienda un uso moderado del mismo durante el embarazo y la lactancia, así como en el caso de las personas hipertensas.
- Tomar el té rojo con leche puede inutilizar los antioxidantes del mismo, reduciendo así sus efectos beneficiosos. Lo mismo ocurre si añadimos azúcar blanco. Si tenemos un paladar goloso, es mejor optar por melaza, miel o jarabe de arce.
- Reduce la absorción de hierro de otros alimentos, por lo que las personas que tiendan a la ferropenia (hierro bajo en sangre), deben tomar el té aislado de las comidas.

¿Y en cuanto al sabor? El Pu-erh tiene un aroma terroso que no se puede comparar con ninguna otra clase de té. Sin embargo, este sabor desacostumbrado para el paladar occidental no es para nada desagradable. Uno se acostumbra rápidamente y al cabo de poco tiempo no se puede prescindir de él. Como os decía al principio del post, es mi té favorito y me encanta. Tomo uno o dos casi todos los días, y se nota la diferencia, así que os animo a que lo probéis si aún no lo habéis hecho.

Y a vosotras, ¿Os gusta?